Y le has puesto un seguro, no es muy grande, ni tampoco se
mueve con salero y precisión, pero de todas formas pocas veces se hace mayor, cuando
lo hace es a base de pastillas, y no está la cosa para gastar el dinero en Jet
Extender, viagra o lubricante.
Además, te la sacudes, crees que la vida es mucho mejor cuando
los problemas ocurren rápido, breves y muy dolorosos, aborreces ese goteo de
problemas, muy poco dañino pero pesado, continuo e incesante.
Asimismo no te gusta Ikea, odias el arroz de Mercadona, el
zumo Vitafit del Lidl y no aguantas a la gente que te pregunta el horario del
banco, simplemente señalas al cartel de la puerta con recochineo.
Hoy estás contento, es uno de esos días en los que la vida
te marea. Ayer noche ella se puso un hielo en la boca y luego te lo pasó
sensualmente, luego se agachó y te recogió la chaqueta, a lo que continuo con
un metafórico “tengo frío”, que acabó en una paseo hacia la casa de tu abuela
fallecida, para continuar en lo que aparentó ser un anuncio de preservativos Durex
o uno de colchones Lo Monaco.
Acabas de ir al baño, hoy no te la vas a sacudir, que
penetre el dolor, a ver si ella es como él; continuo, incesante y molesto.
Y es una ley que los de arriba puedan llegar hasta muy abajo.
Abristé el cajón de las medicinas, otra Biodramina, estás demasiado
enganchado.
Vomítame, vomítate, vomítanos.
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